En Wyvern, creemos que el verdadero liderazgo de seguridad es más que verificar las cajas, se trata de construir una cultura que se desempeña bajo presión, se adapta de manera inteligente y continuamente mejorada.
Archivos del autor: Patti Arnott
En el aeroespacial, hemos pasado décadas ingeniería para todo: redundancia, automatización, disciplina procesal. Pero el elemento humano sigue siendo el más variable y posiblemente el más vulnerable. Un riesgo que rara vez se vuelve frontal y
En el aeroespacio, el rendimiento no se trata solo de cómo vuela un avión, se trata de cómo lidera una organización.
"Si piensas en la seguridad como un estofado, la cultura es el caldo en el que los ingredientes sólidos a fuego lento. Si el caldo es rancio, el estofado se estropeará". - Dr. Steven Simon
Desafíos de seguridad global: ¿Cómo hablamos el mismo idioma? La seguridad no comienza con los sistemas. Comienza con la comprensión.
En la 70ª Cumbre de Seguridad de Aviación de Negocios (BASS), la comunidad aeroespacial enfrentó una verdad brutal: incluso a medida que disminuyen las tasas de accidentes tradicionales, los riesgos relacionados con la salud mental están aumentando. Desde el suicidio piloto hasta el agotamiento crónico, los peligros de los que no hablamos pueden ser los que más nos lastiman.
En Wyvern, nuestra visión es clara: cada organización aeroespacial tiene una cultura de seguridad saludable. ¿Por qué? Porque la cultura es la fuerza invisible que da forma a cada decisión, cada acción y cada resultado en el aeroespacial. Influye en cómo los equipos se comunican bajo
Las fallas más devastadoras en el aeroespacial no siempre son mecánicos, son cognitivos. Los sesgos humanos dan forma a cómo interpretamos los datos, tomamos decisiones y reaccionamos a las anomalías. Con más de 180 sesgos cognitivos identificados que influyen en humanos
En el aeroespacial, diseñamos redundancias, automatizamos las salvaguardas y sistematizamos la gestión de riesgos. Sin embargo, una de las amenazas más persistentes para la seguridad no proviene del hardware o el software: proviene de la cognición humana.